El VIH es el virus que causa el sida.

El SIDA es una enfermedad causada por el daño que el VIH le hace al sistema inmunológico. Cuando una persona tiene una infección peligrosa o el número de células CD4 es muy bajo, desarrolla SIDA. El SIDA es la etapa más grave del VIH y, con el tiempo, puede causar la muerte.

VIH significa Virus de Inmunodeficiencia Humana. Es este virus el que causa el SIDA. El VIH destruye ciertas células del sistema inmunitario que protegen su cuerpo de enfermedades y nos ayudan a mantenernos saludables. Cuando el VIH daña su sistema inmunológico, es más probable que se enferme gravemente e incluso que muera a causa de infecciones que su cuerpo normalmente puede combatir.

No existe una cura específica para el sida.

Actualmente, no existe una cura para el VIH o el SIDA. Una vez infectado, su cuerpo no puede deshacerse de él. Sin embargo, existen muchos medicamentos que pueden controlar el VIH y prevenir complicaciones. Estos medicamentos se denominan terapia antirretroviral. Todas las personas diagnosticadas con VIH deben iniciar la terapia antirretroviral, independientemente del estadio de la infección o de las complicaciones.

No existe cura para esta infección, pero el tratamiento con medicamentos contra el VIH (llamado terapia antirretroviral o TAR) puede retrasar o detener el progreso del VIH de una etapa a otra. Los medicamentos contra el VIH ayudan a las personas con el virus a vivir una vida más larga y saludable.

El sida es una condición causada por el vih.

La infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es causada por uno de dos retrovirus similares (VIH-1 y VIH-2) que destruyen los linfocitos CD4+ y alteran la inmunidad celular, lo que aumenta el riesgo de ciertas infecciones y cánceres. La infección inicial puede presentarse como una enfermedad febril inespecífica. El riesgo de desarrollar otras manifestaciones asociadas a la inmunodeficiencia es proporcional al consumo de linfocitos CD4+. El VIH puede dañar directamente el cerebro, las gónadas, los riñones y el corazón, lo que provoca deterioro cognitivo, hipogonadismo, insuficiencia renal y cardiomiopatía. Las manifestaciones van desde portadores asintomáticos hasta el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), que se define como el desarrollo de varias infecciones oportunistas o cánceres o un recuento de CD4 de 200/mcL. La infección por VIH se puede diagnosticar con pruebas que buscan anticuerpos, ácidos nucleicos (ARN del VIH) o antígenos (p24). Todos los adultos y adolescentes deben someterse a exámenes de detección de rutina. El tratamiento tiene como objetivo inhibir la replicación del VIH con una combinación de ≥ 2 o más fármacos que inhiben las enzimas virales; si se mantiene la inhibición de la replicación, el tratamiento restaura la función inmunitaria en la mayoría de los pacientes.

Complicaciones del sistema nervioso. El VIH puede causar síntomas neurológicos como desorientación, mala memoria, depresión, ansiedad y dificultad para caminar. Las deficiencias neurocognitivas asociadas con el VIH van desde síntomas leves, como cambios de comportamiento y disminución de la función mental, hasta demencia grave que causa debilidad e incapacidad para funcionar.

El VIH no siempre progresa a etapa 3

El VIH es un virus y el SIDA es la enfermedad que puede ocasionar el virus. Una infección de VIH no necesariamente progresa a etapa 3. De hecho, muchas personas con VIH viven por años sin desarrollar SIDA. Gracias a los avances en el tratamiento, alguien que viva con VIH puede esperar tener un período de vida casi normal.

Aunque una persona pueda tener una infección de VIH sin tener SIDA, cualquier persona diagnosticada con SIDA ya contrajo el VIH. Debido a que no existe cura, la infección de VIH nunca desaparece, aún si no se desarrolla nunca el SIDA.

El VIH puede transmitirse de una persona a otra

Debido a que el VIH es un virus, puede transmitirse entre personas tal y como muchos otros virus. El SIDA, por otro lado, es una condición que una persona adquiere solo después de haber contraído el VIH.

El virus se transmite de una persona a otra a través del intercambio de fluidos corporales. Más comúnmente, el VIH se transmite a través de las relaciones sexuales sin preservativos o al compartir agujas. Además, una madre puede transmitir el virus a su hijo durante el embarazo.

El VIH no siempre produce síntomas

El VIH usualmente ocasiona síntomas similares a los de la gripe, aproximadamente de dos a cuatro semanas después de la transmisión. Este corto período de tiempo es conocido como infección aguda. El sistema inmunitario tiene la infección bajo control, lo que ocasiona un período de latencia.

El sistema inmunitario no puede eliminar el VIH por completo, pero puede controlarlo por un período prolongado. Durante este período de latencia, el cual puede durar por años, es posible que la persona con VIH no experimente ningún síntoma. Sin la terapia antirretroviral, sin embargo, esa persona puede desarrollar SIDA y como resultado, experimentar muchos síntomas relacionados con la enfermedad.

La infección de VIH puede diagnosticarse con una prueba simple

En la transmisión del VIH, el sistema inmunitario produce anticuerpos contra el virus. Una prueba de sangre o saliva puede detectar dichos anticuerpos para determinar si existe el virus. Puede tomar varias semanas después de la transmisión para que la prueba de anticuerpos del VIH sea positiva.

Otra prueba busca antígenos, los cuales son proteínas producidas por el virus, y anticuerpos. Esta prueba puede detectar el VIH solo días después de la infección.

Ambas pruebas son precisas y fáciles de administrar.

El diagnóstico de SIDA es más complicado

El SIDA es una etapa tardía de la infección del VIH. Los proveedores de atención médica observan unos cuantos factores para determinar si la latencia del VIH ha progresado a etapa 3.

Debido a que el VIH destruye las células inmunológicas llamadas células CD4, una manera en la que los proveedores de atención médica diagnostican el SIDA es haciendo un recuento de dichas células. Una persona sin VIH puede tener entre 500 y 1,200 células CD4. Cuando las células han bajado a 200, se considera que esa persona con VIH está en etapa 3.

Otro factor que indica que el VIH en etapa 3 se ha desarrollado es la presencia de infecciones oportunistas. Las infecciones oportunistas son enfermedades ocasionadas por virus, hongos o bacterias que no afectarían a una persona con un sistema inmunitario intacto.

Tratamiento y expectativa de vida

Si el VIH se desarrolla a etapa 3, la expectativa de vida se reduce significativamente. Es difícil reparar el daño al sistema inmunitario en este punto. Las infecciones y otras condiciones, como ciertos tipos de cáncer que resultan de un deterioro grave del sistema inmunitario, son comunes. Sin embargo, con una terapia antirretroviral satisfactoria y alguna recuperación del sistema inmunitario, muchas personas con VIH en etapa 3 viven mucho tiempo.

Los tratamientos para la infección del VIH permiten, en la actualidad, que las personas puedan vivir con el virus y nunca desarrollar el SIDA. También es importante observar que el tratamiento antirretroviral exitoso y una carga viral no detectable sostenida reducen significativamente el riesgo de transmitir el virus a una pareja.

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